martes, enero 22, 2008

De la situación en Gaza

La franja de Gaza está pasando el episodio más duro de su historia. Probablemente aquí encontramos un punto de inflexión, o posiblemente no. Si he aprendido algo de este cruento conflicto, es que nunca se debe decir que "esto puede ser peor". Pero en fin, creo que vale la pena analizar las reacciones de las opiniones mundiales sobre lo que está aconteciendo en Gaza.

Lo más común que he encontrado es indignación, fundamentalmente en contra de las acciones de Israel. Pero eso es claramente injusto. Surge de una ignorancia absoluta sobre la propia naturaleza de lo que es el movimiento ultra-derechista palestino, Hamas, y manipulaciones bastante claras de la situación.

Verán, no apoyo lo que Israel hace. Pero si Israel realmente quisiera hacer un genocidio de algún tipo, destruiría directamente la central eléctrica de Gaza, implicando que nunca podrían tener electricidad más. Pero Israel no ha hecho eso, más bien, su estrategia, aunque cruel, conviene a los palestinos. Si los palestinos quieren poner fin a la violencia, tienen que derrocar a Hamas en Gaza, y restablecer el orden pacífico que permita unas negociaciones entre Israel y Palestina.

Por otro lado, Israel tiene que comprender que Hamas no se va a rendir. Más bien, insistirán en medidas cada vez más difíciles. Hamas es una organización que no le importa el valor de vidas humanas, ni tienen algún sentimiento obligación al pueblo del cual gobiernan. Si lo tuvieran, atacarían al ejército israelí, y no asentamientos civiles como Sderot. Es verdad que en estos momentos, Hamas es el mayor enemigo de la paz en esta región, y debe ser aniquilada. Pero martirizando a toda la población de Gaza no es la forma. Y creo que si eso se mantiene así, dudo que el presidente palestino Abbas se sentará tranquilo negociando con los mismos que atacan a su propio pueblo en otra parte de su país.

Asi que ¿qué se debe hacer en estos momentos? Pues es el momento para los palestinos a tomar riendas en el asunto. No se puede permitir la presencia de Hamas, que resulta más destructiva que cualquier cosa. Es verdad que Israel no gana confianza en lograr la paz, yo soy el primero en desconfiar en ellos. Pero mucho me temo que esto no se solucionará hasta que Hamas desaparezca del mapa político palestino. Y en eso, sólo los palestinos pueden hacer e cambio necesario.

Y por cierto, para todos los implicados, Aznar debería callarse. Su mera presencia en Israel es una vergüenza, y lo que dicen son idioteces cada vez mayores.

viernes, enero 18, 2008

La diarquía Desespe-Botella

Si había algo que podíamos decir de Madrid, es que por lo menos su alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, tenía carisma. Personalmente nunca he confiado en Gallardón. Es verdad que parece más hábil que la mayoría de los políticos de España de todos los partidos. Es verdad que es del Partido Popular, pero nadie es perfecto. Después de todo, miren al primer ministro de España, Zapatero: El es socialista.

Pero Madrid está pasando un momento muy delicado. La lucha entre Gallardón y la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, (Des)Esperanza Aguirre, resultó en la victoria de esta última dentro de las filas populares, por lo que llevó a Gallardón plantear su renuncia a la alcaldía de Madrid. Si eso ocurre en el futuro cercano, lo más probable que Ana Botella, la esposa de José María Aznar se convertirá en alcaldesa de Madrid.

Para los no españoles, quizá la recordaran en sus legendarias luchas por los derechos de la unión entre peras y manzanas, o por sus excelentes labores de legionaria (más bien kamikaze) de Cristo en... Um... Pues habrá hecho algo durante todos estos años.

Pero en fin, Madrid ahora sí que tendrá un momento de pena. Ya vale con tener personas del PP dominando el espectro político de la capital, pero el dúo Desesperanza-Botella es ya exagerado. Y considero que es el momento de culpar a una sola persona de todo esto: Gallardón. Sí, Gallardón, que en vez de tener agallas y plantearles cara a los que le traicionaron, creando un propio movimiento político y desentendiendo del Partido Popular de una vez por todas, ha decidido mantenerse fiel a los que le tratan como un hereje que merece ser destruido. Y ahora abandona Madrid para darnos una diarquía ultrabeata del infierno para governar esa ciudad.

Por eso tenía razón en desconfiar en Gallardón. Pero claro, en estos casos no me gusta tener razón. Espero que reconsidere Gallardón lo que va a hacer. Pero sobre todo, lo que los madrileños van a hacer de cara a las próximas elecciones.