sábado, julio 19, 2008

No quiero que las FARC desaparezcan

Así que Ingrid Betancourt fue liberada con relativa facilidad (sospechosa facilidad, debería decir) por el ejército colombiano que masacra todos los años miles de campesinos inocentes de forma impune.

Desde aquí quiero decir una cosa: Si necesito elegir entre las FARC, cuyas atrocidades se basan sobre todo en secuestros prolongados de personas, y el Estado de Colombia, cuyas atrocidades incluyen la matanza de miles de sus propios ciudadanos, la expropiación de tierras a favor de sus narco-élites, y la opresión sistemática de todo su pueblo bajo un yugo oligárquico, entonces prefiero mucho más las FARC.

No que me gustan mucho personalmente. Pero no creo que tengo el derecho de condenarlos en un país donde la inocencia está casi totalmente ausente. Es como preguntarse si Sendero Luminoso son "más terroristas" que el genocida de Fujimori o el canalla de Alan García en Perú. Aparentemente, la desaparición de Sendero Luminoso sólo empeoró las cosas en ese país. Así que no tengo muchas expectativas de ver una Colombia mejorada después de las FARC.

jueves, julio 17, 2008

¿No tenían a alguien mejor a quien "liberar"?

Así que se nota aquí la naturaleza de Hizballah, y el abismo que separa sus políticas y la mera comprensión de lo mínimo que es la simpatía humana.

Aunque los medios de comunicación no indicaron lo curioso de esto, yo sí quiero preguntar algo a quien considera todavía a Hizballah algo menos que una organización asesina que maltrata y tortura a su propio pueblo para un fin destructivo y vil, como lo es la destrucción de un Estado legítimo y la martirización forzada de cientos, sino miles, de sus conciudadanos:

¿De todos los prisioneros libaneses y palestinos en Israel, porqué Samir Kuntar?

Como bien saben, si han visto las noticias, el canjeo entre Israel e Hizballah fue la liberación de 5 prisioneros libaneses en Israel además d1 199 de cadáveres de libaneses y palestinos a cambio de los dos cadáveres de los soldados secuestrados por Hizballah en Julio de 2006. Fueron recibidos como héroes, en especial Samir Kuntar que realizó la heroica labor de asesinar a sangre fría una familia inocente israelí, algo que le costó una condena de 5 cadenas perpetuas en una cárcel israelí.

Podríamos intentar decir que esto es producto de un odio causado por la persecución de Israel contra los palestinos. Pero la realidad es que Hizballah ni siquiera es una organización palestina. Tampoco podríamos decir que es producto de una miseria de las personas ante una persecución israelí que no existe. Hizballah es pura responsabilidad de quienes la financian y la componen, y sus acciones perverzas (incluyendo tirar misiles katyusha para matar árabes israelíes que serían los más vulnerables dentro de Israel) son producto de quienes no se atreven a condenarlos.

Hoy, en el periódico "El País", el periodista J.M. Muñoz indicó que la situación se hizo "inversa":

"Sucede hoy lo contrario de lo que acaeció hace 60 años. Entonces, los judíos lucharon a muerte para fundar su Estado; cometieron atrocidades contra los palestinos; los jóvenes se jugaban la vida. Muchos habían huido del peor de los horrores: el Holocausto. Ahora, la muerte de un solo soldado israelí o su desaparición provoca conmoción en una sociedad próspera. Y los palestinos, que en 1948 desistieron de combatir a muerte, se muestran dispuestos al sacrificio. Los papeles han cambiado."

Pues bien, cualquiera que estudiara la historia de Israel notaría la importancia dada por el propio Estado de recuperar los soldados capturados o, en todo caso, los restos mortales. El caso más llamativo es de Ron Arad, secuestrado algo más que 20 años atrás, y que causó una conmoción durante muchos años mientras duró la guerra del Líbano. Un poco de información no mataría, señor Muñoz.

Existe una diferencia fundamental entre Hizballah y organismos de la misma naturaleza, con el Estado de Israel: La valoración de la vida humana. No existe duda, en especial para Human Rights Watch, que Hizballah utilizó a la población inocente como escudos humanos puestos alrededor de objetivos militares para los israelíes. Al mismo tiempo atacó las acciones de Israel por no tener escrúpulos a la hora de realizar operaciones militares de tal naturaleza, pero Hizballah tiene una responsabilidad inexorable. Fue Hizballah quien causó la guerra. Fue Hizballah quien mandó misiles para matar árabes israelíes como objetivo fácil.

Es Hizballah quien no le da valor alguno a la vida humana, algo que ni siquiera los más extremistas del sionismo derechista puede atribuirse. No existe comparación, ni en cantidad ni en cualidad, en tal desprecio absoluto por la vida humana. Muchos pueden considerarlo como una acción de "valentía", el sacrificarse para una causa. Pero esto va más allá de un sacrificio: Se tratan de madres orgullosas por mandar a sus propios hijos a la muerte segura, con el objetivo de matar inocentes en el proceso. Se trata de obligar a civiles a vivir alrededor de objetivos militares, sabiendo que ellos van a morir con casi total seguridad si ese objetivo es alcanzado.

Se trata de considerar como héroe una persona que, en ninguna sociedad civilizada, se podría considerar como tal.

Hizballah es lo peor que le ha pasado jamas al Líbano. Y eso, mucho me temo, lo tendrá que pagar toda la región.