viernes, mayo 16, 2014

Podemos, la Cuestión Judía, y el fantasma de Trotsky

    Esta entrada sirve como una segunda parte de la argumentación sobre los problemas de Podemos, y mi razón por qué dejé la campaña electoral del grupo. En esta parte, pretendo indagar más profundamente sobre la relación de Podemos, como movimiento novedoso surgido como la (segunda) expresión política del 15M (después del Partido X que fue la que realizó un programa mejor elaborado y prácticamente inventó el método participativo-representativo de Podemos), y la Cuestión Judía, específicamente la relación de la sociedad con los judíos en la actual crisis económica, además de las inexistentes soluciones al "problema de la cuestión judía" entre sectores manifiestamente críticas con el movimiento sionista, o que en ocasiones tienen simpatía con movimientos anti-imperialistas que incluyen mensajes antisemitas como parte de su ideario.

     Me gustaría, por su parte, insistir que se trata más que nada de una advertencia. Una advertencia de lo que puede pasar si se juega con fuego. No se trata de decir que todo el movimiento está mal, ni de desmantelar los logros hechos por el movimiento, y menos que la base de Podemos tiene prejuicios. Pero sí indicar el peligro que algunas tesis pueden conllevar, y la necesidad urgente de que estas cosas nunca sucedan otra vez.

   Podemos surgió como movimiento que pretendía romper barreras. Sin embargo, es evidente que existieron grupos muy influyentes dentro de la promotora, incluyendo miembros de Izquierda Anticapitalista, un movimiento que se hace llamar "trotskista". A la vez confluyeron gente de los movimientos sociales surgidas a partir de la lucha contra la corrupción, las privatizaciones de servicios públicos, y las injusticias cometidas por el sistema binominal en prácticas del régimen del 78 en España. A pesar de ser un grupo surgido desde una perspectiva ideológica más o menos de izquierda, lo cierto es que se invitó a mucha gente de distintas ideologías y posturas "heterodoxas", como la mía, y esa fue la consigna de cara al público. Por su parte, siempre rechazaron grupos que atacan el respeto a los derechos humanos, incluyendo grupos xenófobos como España 2000 y Democracia Nacional, entre otros.

   En su momento el programa de Podemos se elaboró a través de distintas fases, con enmiendas populares que fueron resumidas y, en cierta medida, filtradas para "evitar" que existieran enmiendas contrarias a los principios básicos del movimiento democrático Podemos. Las enmiendas trataron aspectos desde la economía a la violencia de género, y entre otras cosas la relación entre España y el mundo. La mención del conflicto palestino-israelí ya aparece en el programa, en concreto su punto 4.2:

   "Política de apoyo a la autodeterminación del Sáhara Occidental. Reconocimiento del Estado Palestino y exigencia de la devolución íntegra de los territorios ocupados por Israel."

   Tristemente, en este caso, no mencionan cuáles son dichos territorios. ¿Hablan de las fronteras del 67? ¿Del 48? No lo explican. Era parte, quizá, de la necesidad de reducir el programa para que sea fácil de leer para el público en general. Sin embargo, inexplicablemente, la mención del Estado de Israel se da una segunda vez en el punto 5.2:

  Revisión sustancial de la política comercial de la Unión Europea y apuesta por una política comercial basada en el respecto de los derechos humanos (lo cual implica revisar los acuerdos comerciales con países que incumplan flagrantemente estos derechos, como es el caso de Israel)...

   El punto del programa continúa diciendo lo siguiente: Ampliación de las relaciones económicas y las fórmulas de cooperación, buscando una mayor integración económica en el medio plazo en materia de financiación, comercio e inversión a todos los efectos, con los Países del Sur de Europa, de América Latina y del Magreb, como punto de partida.

   Decidí analizar este punto en dos niveles. El primero, ya expresado en la entrada anterior, es el mensaje positivo, lo que denota el mensaje aquí presentado: a) se paralizará el comercio con Israel porque Israel es ejemplar en la violación de los derechos humanos, por lo que se paralizará el comercio con países que violan derechos humanos. b) Se potenciará el comercio con Latinoamérica y el Magreb. Por lo tanto, Latinoamérica y el Magreb tienen países que respetan los derechos humanos mejor que Israel. Además de ser una premisa falsa, es especialmente insultante a los Saharauis, que de repente ven cómo sus derechos se ignoran completamente por fines electorales.

   La evidente falta de perspectiva lleva a este punto al absurdo. Queda patente que el punto fue editado y cambiado, en algún momento. De otro modo no se presentaría de forma tan resumida. El uso de Israel como el único ejemplo es igualmente llamativo, especialmente en un entorno de países que violan mucho más los derechos humanos que el propio Israel. Incluyendo la Autoridad Palestina y las milicias de Hamás. La señalización de Israel, y sólo a Israel, comete una injusticia a las víctimas de países que colaboran comercialmente con el Estado español y que incluso forman parte del Magreb. Por ejemplo, Marruecos. Pero hay otros países que violan más los derechos humanos que Israel: Brasil, Perú, México, Colombia, Cuba y El Salvador son sólo algunos ejemplos. Es evidente, por lo tanto, que en este programa se planteó señalar a Israel, con lo absurdo que puede ser, para ganar apoyo popular. En este contexto, y entrando en el segundo nivel, Israel no es sólo el Estado de Israel, sino "lo judío", señalado por encima de todos los otros países y todos los otros pueblos asociados a ese estado.

   Es fascinante que la utilización de un símbolo de "lo judío" no despertara alarmas en aquellos que decidieron administrar la elaboración del programa. La utilización de Israel como un código de "lo judío" no es algo raro en círculos antisemitas, que utilizan la crítica al gobierno de Israel como escudo para esconder sus prejuicios de cara al público. Sin embargo esta técnica no es nada novedosa en movimientos cercanos, aunque sea simbólicamente, a la izquierda emancipatoria en momentos de auto-represión. El caso más evidente es la Unión Soviética en la época estalinista.

   Trotsky, analizando el proceso de los juicios de Moscú de los años 30, se percató de la utilización de insinuaciones repetidas hacía el "carácter judío" de él mismo, Zinoniev y Kamenev. Con esa premisa escribió su artículo "Termidor y Antisemitismo". Trotsky, que no era ajeno a lo que se llamaba la "Cuestión Judía", incluyendo la ideología sionista y los problemas enormes de antisemitismo en Rusia y en otros países, entendía que en la Unión Soviética, aunque acabara con la discriminación legal contra los judíos, seguía teniendo grandes sectores de la sociedad inmersos en prejuicios antisemitas que nunca desaparecieron. De hecho, se exacerbaron a medida que gran cantidad de la burocracia soviética (vinculado inexorablemente al régimen estalinista) se llenó de gente educada y urbana en el país, muchos de los cuales eran judíos - o al menos esa era su tesis.


     En dicho artículo de 1937, escribe: "El régimen soviético, en la actualidad, inició un nuevo fenómeno en que, dado la pobreza y el bajo nivel cultural de las masas, era capaz de generar, y en efecto sí generó, unos ambientes antisemitas". En el artículo sigue indicando que las burocracias, crecientemente no judías dado la integración de distintas poblaciones, sigue manteniendo sus privilegios generados por el despotismo soviético, y en su afán de afianzar sus privilegios se aprovecha de los sentimientos antisemitas de la población en general. Stalin, para aniquilar sus adversarios políticos, no duda en poner esa práctica en marcha imitando a la casta que le apoya. Esto fue evidente en las persecusiones de los años 20 contra la "oposición" dentro del partido bolchevique, que a pesar de tener muchos líderes étnicamente rusos como Piatakov, Smirnof y otros, insistían más en gente de segunda o tercera línea que eran de origen judío. De la misma forma, durante las purgas estalinistas de los años 30, el proceso estaba cargado de incitaciones al "carácter judío" de los acusados, escondido detrás de una semblanza de críticas legítimas a las personas acusadas. El problema era que la fantasía de la URSS como entidad contraria al antisemitismo debió mantenerse. Por eso se detectan métodos recogidos en un documento personal de Trotsky que luego introdujo a "Termidor y antisemitismo", sobre el arresto de su hijo, llamado "Recursos antisemitas", el 30 de enero de 1937:

"Tras el arresto de Serguei, mi hijo menor, corren rumores acerca de que la prensa soviética ha revelado  que el arrestado no se llama Sedov, sino Bronstein.  Se diría que este problema no tiene, de por sí, la menor  importancia. Pero sus implicancias son evidentes.
La verdad es la siguiente: en 1902 adopté el nombre Trotsky, y desde entonces no utilizó otro. En vista de  mi situación ilegal bajo el zarismo, registré a mis hijos  con el apellido de su madre: Sedov. Para no obligarlos a cambiar un apellido al cual se habían acostumbrado, bajo el poder soviético asumí, con “fines cívicos”, el apellido Sedov (es sabido que la ley soviética permite al hombre tomar el apellido de su cónyuge). Yo, mi  esposa y mi hijo mayor salimos al exilio con pasaportes  a nombre de Sedov. Por eso mis hijos jamás utilizaron el apellido Bronstein.
¿Por qué es necesario mencionar ahora ese apellido? Evidentemente, porque es judío. A ello debo  agregar que se acusa a mi hijo de nada menos que de  intento de envenenar obreros. ¿Qué diferencia hay entre esto y acusar a los judíos de utilizar sangre de  cristianos con fines rituales?"

Sobre esto, Trotsky sigue con la declaración que Stalin hizo en consecuencia: "Luchamos contra Trotsky, Zinoniev y Kamenev no porque son judíos, sino porque son oposicionistas". Es probable que los acusadores no sean siquiera antisemitas. Pero sí saben que las masas lo son - y eso es precisamente lo que los estalinistas usan durante sus purgas. El antisemitismo producto del oportunismo político es tan dañino como el producto de un odio genuíno, pues la fuente y el resultado son los mismos: represión, opresión, y la aniquilación del potencial emancipador de un movimiento democrático o liberador. 

El artículo "Termidor y el Antisemitismo" expone claramente su caso: los lideres soviéticos, en particular Stalin en persona, utiliza el antisemitismo todavía presente en la sociedad de la URSS para destruir a sus adversarios políticos y, de paso, ganarse apoyo. Trotsky insistirá, en sus conclusiones, que sólo una revolución socialista permitirá solucionar la "cuestión judía", y que el régimen estalinista pretende recuperar vicios propios del zarismo para sus propios intereses, entre ellos el proyecto de Birobidzhán que era una forma de "gettoizar" a los judíos en una provincia lejana. El antisemitismo, en este caso, es una consecuencia de la traición de Stalin a la revolución de Octubre.

La razón por qué cito a Trotsky no es aleatorio. Todos sabemos que muchos miembros de Izquierda Anticapitalista, que reciben su ideario del trotsquismo, participan activamente en el proceso de Podemos. Algunos están en la cima de los elementos representativos del movimiento, en el grupo promotor que organiza, junto a los círculos, el proceso de consolidación de Podemos, incluyendo la redacción y consolidación del programa. Queda evidente que una persona tan internacionalista como Trotsky tenía la claridad en señalar que en algunos casos movimientos originalmente emancipatorios, y que perdieron esa cualidad, usarán un antisemitismo codificado para recoger apoyo popular tras la frustración de su proyecto original. Entendió, como lo hizo Lenin anteriormente, que el antisemitismo es antitético a cualquier proceso emancipador, independientemente de quién lo utilice y en qué contexto.

Volviendo al programa de Podemos, el caso de la señalización gratuita de Israel es una pantalla para poder lograr apoyo popular por parte de sentimientos antisemitas en la sociedad española, de la misma forma que el nombre Bronstein se usara para fines persecutorios contra el hijo menor de Trotsky. En este contexto, Israel es un "Bronstein" en el programa de Podemos. Nadie niega su efectividad, pues tal como fue Rusia un país con antisemitismo 20 años tras la revolución bolchevique, a pesar de leyes que abolían medidas antisemitas de la época zarista, también es España un país que mantiene, incluso entre sus grupos emancipatorios, sentimientos antisemitas, herencia del régimen de Franco que tanto influenció a las personas que crearon el decadente régimen de 1978. En el caso de Podemos, el grupo promotor utiliza la señalización de "lo judío" con otros fines distintos al estalinismo, aunque similares: ganar popularidad a costa de los vicios de la ciudadanía.

Así que la pregunta queda: ¿acaso nadie entre los editores del programa de Podemos se percató de este aspecto? ¿Acaso no es esa una señal de un pacto cínico entre las personas del grupo promotor, para usar el antisemitismo residual de la sociedad española, tal como Stalin hizo contra los "oposicionistas" en las purgas de los años 30? Seguramente algún trotsquista debió percatarse de eso en el programa, ¿no?

Sin embargo existe una diferencia fundamental entre Trotsky en 1937 y estas líneas de 2014: tenemos experiencia de la historia, y conocemos lo que el antisemitismo europeo derivó, además de como mutó. Como Stalin, en el programa de Podemos se usa de forma cínica algo que no se dice, pero que está presente. Aun así yo sigo las posturas puestas por Zizek en su momento, que lo expresa mejor que yo en Living in the End Times (p. 136):

    "No debería haber compromiso aquí: el anti-semitismo no es una de tantas ideologías; es ideología como tal, kat'exohen. Personifica el punto cero (o la forma más pura) de la ideología, dando sus coordinadas elementales: el antagonismo social ("lucha de clases") es mistificado/desplazado para que su causa se proyecte sobre el intruso externo".[1]

    Para que un movimiento pueda ser emancipatorio, la presencia mínima de antisemitismo, más que toda otra forma de discriminación racista que es solucionable con medidas neutras en lo ideológico, hace dicha emancipación imposible. Este principio, que se aplica a todos los demás movimientos llamados emancipatorios, forma parte de la explicación para la generación del fascismo, producto de la frustración de los propios movimientos emancipatorios (ver abajo). En el caso de Podemos, el éxito electoral de las siguientes elecciones, producto de este tipo de juegos con el fuego antisemita, son una señal de la inherente debilidad de su sistema, o al menos la falta de confianza, por parte de gente oportunista que cree más en el sistema de 1978 que el propio futuro emancipador de Podemos.

    Veámos por lo tanto la argumentación de uno de los "ideólogos" más productivos del movimiento Podemos. Juan Carlos Monedero, "padrino" ideológico de gente como Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, publicó recientemente un artículo en relación a lo que considera el futuro de un movimiento como Podemos de cara a las elecciones y posteriormente a éstas [2]. En su artículo "¿Más allá que la izquierda y la derecha?" apela a la existencia de un cambio de retórica necesaria para sacar adelante los cambios que "los de abajo", como él llama, reclaman. Habla de una crisis del sistema, de la necesidad de "los de abajo" de luchar contra "los de arriba". Pero se niega en aplicar el nombre evidente de este proceso: lucha de clases. Es más, evita esta denominación por miedo a que, como indica Monedero en este mismo artículo se centre en "vencer" en vez de "convencer". Insta a dejar de lado nuestra capacidad de razonar a favor de dejarnos llevar por los sentimientos básicos de rabia contra el sistema - el mismo que puede ser fácilmente manipulable a todas las dirrecciones, incluyendo el antisemitismo. En la introducción a su libro Curso urgente de política a gente decente, además de hacer unas apelaciones sentimentales sobre aquellas víctimas de las injusticias del sistema, hace una apelación a evitar las "teorías sin práctica", y entrar en acción. De nuevo, una apelación a los sentimientos por encima de la razón que, según Monedero, no tiene aplicación práctica en la política.

    En realidad esta transformación de lucha de clases en una lucha de "los de arriba" contra "los de abajo", ignora conscientemente las complejidades sistémicas que hacen "los de abajo" tan responsables del sistema como "los de arriba", y del hecho que "los de abajo" no incluyen a los blancos europeos que sólo están luchando por mantener sus relativos privilegios en comparación con el resto del planeta. La negación de la lucha de clases recuerda demasiado al fascismo peronista en sus argumentaciones para luchar por "los descamisados", que siempre decía Eva Perón en el momento de apelar "al pueblo" como público abstracto que apoyaba al peronismo. Es precisamente esa ausencia de la lucha de clases y la manutención de un "espíritu revolucionario" lo que provoca la necesidad de apelar al antisemitismo visto arriba, en los términos similares que Trotsky describió en 1937: la debilidad del argumentario de Podemos ante el resto de grupos que "compiten" por el mismo espacio, incluyendo el Partido X, Equo e incluso Izquierda Unida. Se trata de una debilidad por unas prioridades mal hechas, en que las elecciones europeas se convierten en más necesarias que propia ética política del que Podemos pretende destacar. 

    Quizá lo que los lectores de Monedero pierden es el mensaje tan correcto que dió Walter Benjamin en sus obra "Sobre el concepto de historia", en que vivimos "los de abajo" (las clases trabajadoras) en una constante "situación de emergencia" que, entiendo, es intrínseco en el sistema capitalista. Es la labor de una revolución imponer un verdadero "estado de excepción" a las clases dominantes, siendo ese el cometido fundamental de Podemos, como de los movimientos que tienen ese objetivo. La única forma de lograrlo es luchar contra ese permanente "estado de emergencia" que impide a nosotros, las clases obreras, reflexionar y razonar. Por su parte, el antisemitismo es un impedimento en lograrlo, a la vez que un síntoma del un núcleo de fracaso en el movimiento a la hora de establecer su naturaleza emancipadora "auténtica" que tanto pregona. Volviendo a Zizek, en su estudio del antisemitismo, sionismo y la cuestión palestina, lo expresa de forma clara citando la tesis de Walter Benjamin:

    "La desaparición de la lucha de clases y la (re)aparición del anti-semitismo son dos lados de la misma moneda, ya que la presencia de la figura anti-semita del "judío" es sólo comprensible en el marco de la ausencia de la lucha de clases. Walter Benjamin (...) dijo hace mucho que cada ascenso del fascismo da testimonio de una revolución fallida."

    En realidad, la ambigüedad a la consideración de Podemos como "izquierda", y la evasión de la mención de "clases" (incluso un término tan inocuo como "clases populares" versus "clases elitistas", que sería muy adecuado al discurso) van juntos a la comodidad de trotskistas y editores del programa de Podemos con la utilización oportunista del antisemitismo que todavía permanece en la sociedad española, en los términos que Trotsky indicó en 1937 sobre Rusia. Podemos está jugando con fuego, y la historia demostró que ese fuego termina consumiéndolo todo.

    Es por eso que termino este artículo no tanto con una apelación, ni con una demanda, sino con una simple oferta a todos los y las participantes de Podemos. Yo tuve mi decisión hace algunas semanas, por razones de principios y mi rechazo al antisemitismo que se ve reflejado en el punto 5.2 del programa, y del oportunismo demostrado al usarlo para conseguir votos. Pero es hora a los participantes de los círculos en hacer una decisión. Pueden permanecer callados, o se puede hacer lo verdaderamente emancipador. Es necesario extirpar el antisemitismo en todas sus manifestaciones, pues en cualquier forma o incluso mínima representación impide que un movimiento sea emancipador de verdad, y haría que toda victoria electoral una convierta los principios de Podemos como movimiento democrático que lucha por los derechos de la ciudadanía de base en nada más que una farsa. Está en el poder de los círculos, y sólo de los círculos, corregir y eliminar estas prácticas de Podemos. Pero eso requiere una voluntad firme.

    Con esta advertencia, dejo a los lectores y los miembros de Podemos a tomar sus decisiones libres, tal como lo hice yo. Respetaré sus decisiones, como no puede ser de otra forma. Pero también entenderé que están advertidas para el futuro, y que la responsabilidad de Podemos, para bien o para mal, yace básicamente en los círculos y los que lo componen.
-------------------------------------------------------------
[1] En este caso Zizek asume una descripción de ideología como elemento contrario a la filosofía. La filosofía, siguiento a Horkheimer, es la promoción del cuestionamiento crítico que se traslada a la pregunta pertinente para el progreso del conocimiento. En cambio aquí el rol de la ideología es que nos hagamos la "pregunta equivocada".

[2] Hay mucha gente en la constelación de ideólogos vinculados a Izquierda Capitalista y/o el bolivarianismo chavista venezolano. No tuve la oportunidad de analizar un muy interesante artículo sobre la aplicación del cristianismo para la promoción de la izquierda por Carlos Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero. Es interesante por el concepto extremadamente simplista del "cristianismo de base", y la animadversión manifiesta de estos autores, como de Juan Carlos Monedero, a la educación y pensamiento racional, y la aproximación peligrosa a la apelación a la fe como guía política, apoyado por organizar adoctrinamientos basados en la emoción. Esto es para otro momento, pero sí diré que mis experiencias personales con la "educación emocional" fueron catastróficas, experiencias autoritarias que prefiero no repetir jamás.

domingo, mayo 11, 2014

No Podemos así


Semanas de ausencia en mi actividad política me dieron la capacidad de ver el proceso de Podemos con frialdad. Ya que comenzó la campaña, y ahora que se presentaron todos los partidos políticos y grupos, coaliciones y demás, debo indicar una decisión que tomé hace varios días tras semanas de profunda reflexión: decidí no participar en la campaña de Podemos a título personal para las elecciones europeas, haciéndolo saber a la gente de mi círculo de Alcalá de Henares en un correo electrónico.

Antes que la gente salte a decir que estoy atacando a Podemos y lo que representa, debo indicar que respeto profundamente a las personas que siguen participando en promover la campaña electoral de Podemos, ya que considero que en su grande mayoría son gente con el corazón en el buen lugar. También que esa suspención de actividad no supone un abandono de los ideales detrás de Podemos, ya que creo todavía en la posibilidad de que mejore y que pueda contribuír algo en el movimiento con pedagogía y paciencia. Sin embargo, a pesar de mi respeto y mi admiración del proceso que supone Podemos, mi mente crítica no puede escapar lo que me temo que se puso en evidencia en repetidas ocasiones de cara a las elecciones europeas, una y otra y otra vez, hasta el punto que se hizo insoportable. No puedo permitir sacrificar mis principios básicos por el bien de un movimiento que demostró poco preparado para un entorno político.

¿Qué pasó? ¿Acaso no era candidato para las primarias de Podemos? Diré que incluso si fuera cabeza de lista, renunciaría de todas formas si el grupo promotor del movimiento adoptara las medidas que me llevaron a dejar la campaña electoral.

Las primeras alarmas llegaron durante las campañas de las primarias, en que los candidatos más populares y gente del grupo promotor, Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, entre otros decidieran promocionar a sus candidatos y candidatas preferidas para colocar, sobre todo, a gente útil para sus fines personales. No fui el único que se dió cuenta de ese problema, y sostengo que fue una jugada legal, pero sucia, especialmente por su capacidad de llegar a decenas de miles de personas con publicaciones del periódico Público. Sin embargo no me importaba eso demasiado, ya que los círculos mantuvieron un protagonismo durante las primarias y esto supuso la capacidad de los círculos locales a afirmar su voz durante esta fase del proceso. Yo mismo participé, con mucho orgullo, promoviendo al círculo de Alcalá de Henares que fue mi objetivo principal.

Los problemas con el grupo promotor crecieron y crecieron. Durante la elaboración del programa, en que enmiendas estaban abiertas a votaciones ciudadanas, habían muchas que fueron reducidas, unidas por evitar redundancia, y hacer un programa que fuera fácil de leer. Pues bién, ciertamente hicieron un programa fácil. Demasiado fácil. Cabe señalar que el "trabajo" que el grupo promotor y las comisiones que trabajaron en esto hicieron se hizo sin mucha participación de los círculos. Se entiende la necesidad de evitar redundancias, pero esto tuvo un giro turbio, a mi entender: la mención gratuita del Estado de Israel en dos ocasiones. Una repetición que no ocurre cuando se hablan de otros conflictos.

Esto es el caso particularmente del punto 5.2 del programa de Podemos, que dice:

Revisión sustancial de la política comercial de la Unión Europea y apuesta por una política comercial basada en el respecto de los derechos humanos (lo cual implica revisar los acuerdos comerciales con países que incumplan flagrantemente estos derechos, como es el caso de Israel)...


Ya es llamativo el hecho que nombran el país que menos viola derechos humanos en toda la región, pero es especialmente repulsivo cuando uno sigue el mismo punto:



Ampliación de las relaciones económicas y las fórmulas de cooperación, buscando una mayor integración económica en el medio plazo en materia de financiación, comercio e inversión a todos los efectos, con los Países del Sur de Europa, de América Latina y del Magreb, como punto de partida.



Este fue el punto crucial que impulsó mi declaración de suspensión. Israel es un país que respeta los derechos humanos claramente más que cualquier país del Magreb, sin excepción. La mayoría de países latinoamericanos incumplen muchos más derechos humanos que cualquier acción, incluso de los peores, cometidos por el Estado de Israel que está en permanente estado de guerra. Y si no, deberían saber que las favellas de Río tienen peores condiciones de salud y derechos humanos que Gaza. El punto 5.2 contiene una contradicción intrínseca que tiene una razón muy preocupante.


No le presté tanta importancia hasta el día que salió público que las papeletas electorales de Podemos utilizarán la imágen de Pablo Iglesias como si fuera esto una secta con su culto a la personalidad. Gente no representada por Iglesias, que son un mínimo de un tercio de los participantes de Podemos, no es representada por este logo ideado por el ya verdadero politburó del grupo promotor de Podemos. La razón alegada es que se utiliza el logo para conseguir más votos de la ciudadanía, en efecto tratántolos de idiotas incapaces de tener un pensamiento crítico, ni hablar de que es estéticamente intolerable. Es en ese momento cuando me percaté exactamente lo que querían hacer el grupo promotor con la mención gratuíta e injusta del Estado de Israel en el punto del programa ya mencionado: utilizan prejuicios antisemitas para ganar votos.

Es evidente que el Estado de Israel, en este contexto, es una simple forma de "tocar un nervio" en la ciudadanía, un nervio de unos prejuicios residuales tras siglos de persecusión y odios inculcados por la educación de la Iglesia y la dictadura de Franco que era notorio en su antisemitismo virulento. De paso, quizá incluso utilizan el antisemitismo del mundo musulmán, asociado estrechamente con el anti-sionismo, para ganar más apoyos en sectores desfavorecidos de la sociedad. Todo esto ya se hizo tantas veces en Europa que no necesito mencionar los casos, algunos de los cuales llevaron a todo el continente a la locura. El grupo promotor de Podemos, sin embargo, no parece tener ningún escrúpulo a la hora de utilizar este prejuicio para arrañar algún voto más.

Yo me uní a Podemos con la esperanza que pudiera aportar mi esfuerzo, con mis compañeras y compañeros, para mejorar la participación ciudadana y la capacidad crítica de dicha ciudadanía. A finales de abril, me percaté que el grupo promotor, entre ellos los intelectuales de la UCM como Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero, simplemente usan los vicios de la ciudadanía, apelando al mínimo denominador común. Convirtieron las esperanzas de los ciudadanos en un nuevo proceso en un cínico juego electoral. Todo vale para arrañar un voto más. Y todo para fomentar no Podemos como movimiento, sino a Pablo Iglesias como político viable, salido directamente de las tertulias de televisión que no son más que una colección de charlatanes pagados para entretener públicos con debates que no llegan a nada.

Basta decir que no soy el único que se percató de eso. En realidad el círculo de Vallekas (ver abajo), con muchísima valentía, decidió resistir este cinismo con su suspensión de todo acto electoral a favor de Podemos hasta que no den las explicaciones pertinentes. A día de hoy no lo dieron.

"A día 24 de abril, se ha hecho pública la decisión de cambiar el logotipo de Podemos para la campaña electoral, de tal forma que en lugar de la imagen que conocíamos hasta ahora, en las papeletas de voto figurará el rostro de Pablo Iglesias. Esta cuestión ha dado lugar a críticas y polémicas diversas. Por nuestra parte, desde el Círculo de Podemos-Vallekas hemos querido asumir el tema en un debate serio y hemos acordado por unanimidad el siguiente análisis:El nuevo logotipo es evidentemente personalista, pone la imagen de un candidato por encima de la organización y trata a los electores de forma infantil, al presumir que no saben lo que van a votar o que identifican su voto en función de la imagen impresa en la papeleta. Además, es profundamente desacertado, puesto que comete estos errores de forma tan evidente que daña la imagen del proyecto. 
La forma en la que se ha producido la decisión ha sido jerárquica y vertical, puesto que ha sido adoptada por un grupo de personas sin consultar al conjunto de los que formamos Podemos, además de enormemente opaca. Lamentablemente, estos defectos ya han caracterizado otras decisiones tomadas desde grupos más o menos formales que actúan sin consultar a los Círculos, como fue el caso de la inscripción como partido político en el Registro del Ministerio del Interior o la aprobación de los estatutos de dicho partido. 
Todo ello ha generado un clima de inquietud y desánimo, cuando no de rechazo, hacia ciertas decisiones y ciertos modos de funcionar que se están dando en Podemos y que van contra las mismas bases de lo que debería definir el proyecto: horizontalidad, participación y democracia. Desde Podemos-Vallekas pensamos que todo esto dificulta en gran medida la expansión de la iniciativa y nuestra labor como activistas que trabajan por ella. 
En consecuencia, exigimos que se retire de forma inmediata el logotipo inscrito y que se restituya el anterior. Se aclare la responsabilidad de esta decisión y que estos responsables den explicaciones ante los Círculos. Se modifiquen progresivamente los mecanismos de toma de decisiones para que los Círculos participen plenamente en las mismas, asentando firmemente la horizontalidad organizativa con vistas a la formación de la coordinadora de Círculos en el próximo mes de junio. 
Los miembros de Podemos-Vallekas reiteramos nuestro compromiso con una organización radicalmente democrática y planteamos estas medidas en la convicción de que contribuirán a la corrección de fallos que afectan a la calidad democrática de Podemos; por ello, en el caso de que nuestras exigencias no encontraran respuesta, suspenderíamos nuestra participación en la campaña y en la financiación de Podemos. 
(Firman los asistentes a la Asamblea celebrada el día 24 de Abril, con dos disensos de compañeros del Círculo)"

Pensarán que exagero, o que es un caso que ocurrió sin querer. Pero esto no es algo aislado. Podemos Zamora, por ejemplo, publicó un twit (el 3 de Mayo) en que compara el Muro de las Lamentaciones con un cajero automático de un banco en el Estado español, que aunque sea sin querer, apela a los sentimientos antisemitas todavía arraigados en grandes sectores de la sociedad. Lo hicieron desde su cuenta oficial, y sin ningún tapujo ni reflexión del vínculo que se puede hacer a panfletos propagandísticos Nazis y del antisemitismo eclesiástico que hacían vincular al judío como el "mercader usurero" que abusa de su posición. Ante mis protestas personales, no hubo respuesta, ni hubo retiro del twit. No entraré mucho en esto, pues estoy preparando un artículo especial sobre Podemos y la "cuestión judía" que pienso publicar estos días, con las esperanzas de hacer entender la gravedad del asunto.

Semanas pasaron y tomé una decisión final. A modo de protesta firme, y a pesar de mi voluntad de ayudar en los ideales que siguen guiando a la mayoría de participantes de Podemos, decidí no apoyar a Podemos en su programa electoral. Podemos va más allá que elecciones europeas y escaños que forman parte del sistema que nos oprime. No es de recibo que lo ensucien, y hagan que Podemos sea un recuerdo de una pesadilla ya vivida, más que un sueño por vivir.