domingo, junio 15, 2008

Una buena razón para prohibir las corridas de toro

Hace tiempo hice un comentario en este espacio donde indicaba porqué las corridas de toro es una tradición inútil, y por lo tanto no tiene razón de existir y debería ser eliminado.

Pero debo indicar que estoy harto que las personas indiquen que se deben prohibir por el maltrato animal. Admito que he considerado esto como un argumento fundamental. Sin embargo, existe una razón muchísimo más importante para prohibir esa ceremonia de sangre: Se tratan de personas que se ponen en peligro mortal para la diversión de un público macabro.

Muchos gladiadores en época romana lograron fama y gloria en sus victorias sangrientas. Eso no hacía el acto éticamente aceptable, ni haría el acto legal en la sociedad actual. ¿La razón? Porque los juegos de la época ponían en peligro mortal a sus jugadores. No estoy hablando sólo de los combates entre gladiadores, sino también de combates entre animales y participantes, o juegos de batallas macabros que resultaban en sin números de muertos.

Los juegos del coliseo romano dejaron de realizarse hace mil setecientos años. El mundo cambió profundamente en sus percepciones de la vida humana. Ya no existen esclavos (personas consideradas propiedad), incluso si existen deplorables acciones similares a la esclavitud. Ya no existen clases de patriarcas y senadores, ni emperadores todopoderosos. Esa sociedad pertenece a la historia, y nosotros, los descendientes, tenemos nuevas formas de vivir la vida, incluso con las mismas limitaciones de nuestra condición humana.

Entonces, ¿cómo es posible que se permitan eventos de diversión al ver una persona que pone en peligro su propia vida? ¿Qué tipo de sociedad, qué tipo de valor, qué tipo de justificación, existe para tal inaceptable acción?

No existe. No importa cuantos valores románticos encontremos en esos juegos, simplemente no existe.

La voluntad de los participantes tampoco es una razón de defender esos juegos. Entiendo que existan deportes de riesgo: El alpinismo, por ejemplo. Pero existe una diferencia. Una montaña no te ataca, y un toro sí.

Luego estaría la repugnante exhibición de crueldad y maltrato animal, que es un valido argumento. Si me preguntaran "¿Y qué preferiría el toro? ¿Morir en un matadero como si nada, o pelear por sobrevivir en una arena?", les respondería con "¡Idiota! El toro elegiría vivir tranquilo fuera de peligro, sea cual sea", al menos que sea un toro idiota, en ese caso su muerte sería sólo parte de la selección natural.

Y con esto dicho, demuestro que tanto pro-taurinos como anti-taurinos dejan mucho por desear. No hay que buscar argumentos en el maltrato animal, sino en el mucho peor peligro que se da a un ser humano, y el lucro que se saca de ese macabro juego.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Existen varias razones para prohibir las corridas de toros. Pero últimamente me decanto por las económicas, siendo una vergüenza que unas pocas manos, terratenientes de rancio abolengo la mayoría, controlen un negocio que proporciona pingües beneficios.

Porque el toro no requiere cuidados como un animal de granja, se mantiene a sí mismo en estado asilvestrado... en las dehesas subvencionadas con fondos comunitarios. Después, hasta el pueblo más miserable de España, reserva en sus presupuestos municipales una partida para contratar a toros y toreros... para la Fiesta Mayor.

Desgraciadamente, la demanda es tan intensa que provoca que los precios de ese ganado sean abusivos, sin embargo cualquier otra prioridad de gastos es absolutamente secundaria... pues la tradición manda, y si no hubieran corridas de toro por falta de dinero sería un escándalo, una vergüenza y una catástrofe.

En cambio, el argumento del espectáculo a costa del peligro de muerte para unos pocos, siendo bueno me parece que tiene algunos puntos débiles, pues lo mismo sucede con la Fórmula Uno, el boxeo o el alpinismo. Pues al fin y al cabo el morbo es el mismo... y la finalidad no es la muerte del torero sino la del toro. Además tengo entendido que se valora que la faena sea lo más rápida posible y causando el menor sufrimiento posible al animal.

Eso por no hablar de otros oficios (matar un toro es un oficio, como cualquier otro matarife... y no un deporte) tan o más peligrosos, pero sobretodo mucho peor remunerados, como el minero o el pescador en alta mar. Digo que el torero ejerce un oficio, porque obviamente matar a un toro no es tan sencillo como sacrificar a una ternera o a una oveja, y menos hace algunos siglos, cuando comenzó esta tradición que ha terminado siendo folklore.

Hace tiempo disculpaba el toreo desde un punto de vista ecológico, aunque parezca contradictorio, porque parece claro que esa variedad de toro se extinguiría si desaparecieran las corridas, por ser poco valiosa en términos de producción cárnica o lechera. Sin embargo parece ser que no se trata propiamente de una raza, sino de un cruce sistemático de los ejemplares más agresivos, produciendo una variedad especialmente odiosa, como ciertos perros criados seleccionando esa misma característica.

Pues al fin y al cabo esa 'tan apreciada' cualidad violenta, en realidad proporciona ejemplares que sufren y por ello son altamente inestables, ya que esa agresividad es la consecuencia de la cobardía, luego son animales que sufren de forma permanente... incluso aunque no los toreen en un coso taurino.