sábado, mayo 11, 2013

El Papa Francisco y el argumento de "yo no sabía nada"

Pues hoy salió a luz una entrevista que el periódico español El País le hizo al activista por los derechos humanos en Argentina, Adolfo Pérez Esquivel. En éste plantea algunos argumentos que intentaron limpiar la imagen del Papa Francisco, apodo nuevo del antiguo Archobispo de Buenos Aires Bergoglio, por lo que prefiero llamarle el Papa Bergoglio.

Pues bien, es bien sabido que hubo polémica sobre las supuesto rol que tuvo el nuevo Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana e relación a la dictadura argentina. En relación a esto, el activista de los Derechos Humanos dice lo siguiente:


P. ¿Su intervención en defensa del Papa Francisco defraudó a mucha gente?
R. Hubo gente que no estaba de acuerdo. Pero hay algo que hay que entender: Bergoglio, en la época de la dictadura no era obispo. Era el superior de la orden de los jesuitas. Y era muy joven entonces. Tenía 36 años. Y yo me acuerdo de haber mantenido discusiones muy duras con el representante del Vaticano, el nuncio Pío Lahgi. Yo le decía: "Usted, como representante del Papa tiene que evitar que se siga matando a la gente". Y él me dijo: "¿Qué querés que haga? Yo no puedo hacer lo que los obispos argentinos no quieren hacer". Eran muy pocos los que nos acompañaron, sólo cinco obispos de 83. Pero eso no quiere decir que el resto fueran cómplices. Bergoglio no fue de los religiosos que iba al frente. Pero dentro de su comunidad hacía una política silenciosa. Hay unas cartas de dos jesuitas que le critican porque estuvieron cinco meses presos. Dicen que Bergoglio, como superior no hizo todo lo que podía haber hecho.
P. Y sostuvieron que, en cierta forma, Bergoglio los señaló ante los militares.
R. No fue así. Bergoglio les pidió que ellos no siguieran haciendo el trabajo en las villas [los barrios más marginales]. Hubo sacerdotes que fueron asesinados en las villas. Lo dijo por su seguridad. Ellos no quisieron retirarse. Ahora: estuvieron cinco meses y logró sacarlos de la cárcel. Yo estuve dos años y dos meses y por más que tuve apoyo de todo el mundo, de Gobiernos, de Iglesias, no sólo de la católica sino de Iglesias Evangélicas, de los Estados Unidos, la familia Kennedy pidió por mí… Y no me pudieron sacar de la prisión. Entonces, si los sacó en cinco meses fue poco tiempo. Hoy Bergoglio es el Papa. Y los gestos que tuvo han sido muy positivos. Y creo que en estos momentos tiene muchas dificultades dentro del Vaticano. Hay que ver cómo acompañarlo lo mejor posible para que pueda cumplir su misión.

No quiero entrar en los otros temas del que habla el señor Esquivel. Pero sí quiero señalar la triste similitud entre este argumento y el ínfame argumento presentado en los Juicios de Nuremberg a los criminales de guerra Nazis: "sólo cumplí órdenes" y el de "no conocía todo/era ignorante de lo que hacían", un argumento que dejó responsabilidades exclusivamente en la cima del poder del Tercer Reich, eso es en Hitler y Himmler, ambos fallecidos cuando el juicio se inició.

Este argumento, sin embargo, se comprobó inválido cuando se dió a conocer el entramado de los abusos durante la Segunda Guerra Mundial, incluyendo los crímenes de lesa humanidad. El cumplir órdenes no quita responsabilidad al que lo perpetra, puesto que éste es una persona con capacidad de racioncinio. Ningún soldado, ningún agente de bajo rango en una institución jerárquica, puede quitarse de la responsabilidad de sus acciones cuando les ordenan a ejecutar crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra.

Volviendo al caso argentino, es bien sabido que la Iglesia Católica ha sido firme colaboradora con la dictadura para destruir sistemáticamente todo vestigio de "marxismo", eso es, ateísmo. Se intentó en latinoamérica imponer una visión social ultraconservadora y ultracatólica, en que la Iglesia dominaba todo lo que tenía que ver con los valores sociales y la educación que se gobernaban a través de los gobiernos. Esta "destrucción de la lacra marxista" valía más para la Iglesia que cualquier actividad de proselitismo en esos países, pues la Iglesia veía, y sigue viéndo hoy en día, la falta de religión como la mayor amenaza a su poder de influencia sobre los gobiernos y sobre las conciencias de las personas.

Ahí entra el superior de la órden jesuíta en Argentina Bergoglio, entonces de 36 años. Puede que sus acciones individuales hayan sido para salvar a alguno que otro miembro de su órden que estaba dentro de una situación de peligro en Argentina, algo que llevó a muchos sacerdotes de la Iglesia a la muerte. Pero el hecho histórico y comprobable es que él, el actual Papa Francisco, no hizo lo suficiente ante la evidente destrucción de las vidas de miles de compatriotas. Él era y sigue siendo miembro de la ente colaboracionista llamada "Iglesia Católica", que no ha pedido disculpas ante todos los abusos cometidos durante estos años en SU nombre durante décadas en latinoamérica. Él es ahora cabeza de esa organización de homófobos y sexistas, que esconde pederastas y promuebe el odio hacía los no-religiosos y aquellos que no comparten a a pié de la letra sus valores morales absolutos.

No puedo aceptar eso de "sólo seguí órdenes" unido al "no sabía de todo el horror" que muchos alemanes siguieron después de la II Guerra Mundial. Para siempre la Iglesia Católica debe ser recordada como la institución orgánica responsable ideológicamente de las masacres cometidas en el continente americano. Y como tal, todo miembro que no ha abandonado de alguna forma u otra estas directrices eclesiásticas, que no ha respondido a sus superiores jerarcas ante su silencio y colaboración, y que no ha hecho nada público o efectivo para acabar con los crímenes cometidos en Argentina como de otros países, son culpables. Nada puede eximirle de su responsabilidad como argentino, pero sobre todo como miembro de la jerarquía católica. El no hacer nada cuando sabía, como tantos sabían, de lo que estaba pasando es inaceptable se vea como se vea.

Por eso la Iglesia Católica es una organización obsoleta, una enfermedad en nuestras sociedades que debe desaparecer de la faz de la tierra. Sus fieles deben ser libres de la lacra institucionalizada que supone la Iglesia Católica, siendo una verguenza mundial que tengan todavía soberanía como un Estado independiente. ¿Y su Papa? A lo mejor debería buscar un nuevo trabajo, algo más útil para la humanidad que perpetuar una institución criminal, supersticiosa y corrupta. No se debe matar a los curas, pues no creo en masacrar a nadie, naturalmente. Sí creo, firmemente, que la institución debe desaparecer.

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