viernes, diciembre 22, 2006

Extremos Religiosos en Israel

Este noviembre del 2006, cuando la comunidad LGBT (Lesbiana, Gay, Bisexual y Transexual) de Israel han convocado una marcha del orgullo gay en nada menos que Jerusalén, todas las comunidades religiosas que valoraban mínimamente la santidad de esa ciudad han protestado vehementemente a lo que ellos llaman "provocación (sodomita)". Las autoridades de Israel debatían durante todo Octubre y Noviembre si se debería permitir la marcha o no, siendo esa marcha un asunto muy controversial. De hecho, los sectores moderados han propuesto la efectuación de esa marcha en Tel Aviv, una ciudad mucho lógica para tal acción. Sin embargo los sectores de izquierdas y los políticos laicistas protestaron, reclamando el derecho de todos los ciudadanos de Israel a manifestarse en la capital reclamada de ese país.

Viendo que la corte suprema de Israel permitió la efectuación de la marcha, aun que recomendando un espacio reducido para no despertar la sensibilidad de la amplia población religiosa de esa ciudad, los religiosos se consternaron. Masas salieron a las calles a intentar boicotear la efectuación de la marcha. Quemaron tachos de basura, atacaron policías, y algunos líderes estaban preparados a "efectuar una guerra contra las autoridades Israelíes". Esas voces radicales, que eran bastante numerosas en el judaísmo religioso ultraortodoxo, han invitado a los Palestinos a unirse a su lucha contra la herejía secular de Israel.

Se ha hecho una encuesta entre los habitantes palestinos de Jerusalén. El resultado no es de sorprenderse: Casi el 100% rechazaron la efectuación de tal "evento sodomita". De hecho, algunos líderes musulmanes palestinos declararon que efectuarían "una guerra a sangre y fuego" si Israel permitía tal cosa. Israel, por otro lado, no se preocupó por eso, esencialmente considerando que ya es el sin-número vez que hacen una "guerra a sangre y fuego" contra Israel.
Actualmente Israel es uno de los países más liberales cuando se ven los derechos civiles en todo el Medio Oriente y el Mediterráneo (posiblemente sólo superado por España, aun que eso está por verse pronto). ¿Acaso es sorprendente que los religiosos del mundo se indignen que exista un país secular en "tierra santa"?
Pero lo que quiero decir aquí es algo más: Parece ser que los extremistas religiosos tanto del judaísmo ultraortodoxo como el musulmán se han unido fuerzas para intentar borrar la existencia de Israel del mapa. Eso se puede comprobar al ver que unos rabinos ultrareligiosos dementes y fanáticos han decidido apoyar el congreso de negación y revisión del holocausto recientemente patrocinado por Iran. Mientras que no negaron el holocausto, consideraron importante declarar que Israel está utilizando el Holocausto para justificar su régimen, y consideran toda la existencia de Israel y el Sionismo como una abominación que debe desaparecer. Es, para ellos, una ofensa a Dios.

Personalmente yo no soy muy fan del sionismo. ¿Pero realmente considero que Israel no debería existir? ¡Por supuesto que no! Queridos lectores, yo sí apoyo la discusión al holocausto, aun que realmente considero real la existencia del holocausto, a diferencia de personas delirantes que ven una "conspiración judía" en todo rincón. Creo que tal discusión es importante para fortalecer el impacto que ocasionó tal evento. Y sobre todo, es importante eliminar el monopolio que ejerce Israel sobre las versiones del holocausto, precisamente para justificar la existencia de un ejército omnipresente que controla la política Israelí. Sin embargo, como judío ateo, considero repugnante lo que esos rabinos han hecho. Primero porque han participado en una pura propaganda iraní, que tiene un carácter claramente antisemita e intolerante, propio de regímenes fanáticos religiosos. Pero principalmente me indigna que denuncien a Israel por su existencia laica, ajena a las interpretaciones religiosas. Israel es la prueba física que rompe la religión judía con el concepto propio del judaísmo. Dicho de otro modo, existen judíos laicos e incluso ateos, como yo, que no cesan de ser judíos. Y ellos son mayoría en Israel.

Los fanáticos religiosos, tanto de los judíos, cristianos y sobre todo musulmanes, se indignan de la existencia de Israel no sólo por su control sobre los territorios santos de Jerusalén y otras zonas, pero también por su existencia como país laico. Y es por eso que organizaciones como Hezbolá o Hamás nunca van a reconocer la existencia de Israel, ni van a descansar a ver esa "abominación laica" desaparecer. Eso no es nuevo. Pero lo curioso es que algunas izquierdas del mundo, sobre todo las europeas, han decidido apoyar a tales religiosos fanáticos del Islam.

Debo matizar, que muchos de la izquierda son lo bastante lúcidos para ver que el Islamismo radical es, en realidad, una derecha extremista que comparte aspectos con la peor derecha franquista religiosa. Y si ellos tienen victoria sobre cualquier país del Medio Oriente, eso significa una derrota terrible a todo lo que hace a una población mínimamente libre. El totalitarismo dogmático y moralista es la peor amenaza a todo lo mínimamente liberal o marxista en este mundo. Y sin embargo, miren qué encontré:

http://www.soviet-empire.com/ussr/viewtopic.php?t=39406

Me sorprende que incluso exista tal discusión. Si yo, como una persona que apoya muchas ideas izquierdistas, debería elegir entre el Sionismo israelí o Hezbolá tanto en el respeto a los derechos humanos como en ideología política, elegiría obviamente al sionismo israelí. Hay dos razones por lo que he hecho esto:

1) Hezbolá nunca recibirá el placer de mi apoyo. Es una institución de locos que sacrificarían a sus propios miembros sin pensar con el sólo fin de provocar más muertes.
2) Israel es, después de todo, el único país de toda la región, y creo el único país del mundo, creado en base a unos ideales que pocos conocen. El factor laico de Israel es sólo parte de un concepto socialista del propio movimiento sionista original.

Sobre el primer punto, sólo basta ver el artículo emitido por Human Rights Watch el 11 de Agosto, durante la corta guerra entre Israel e Hizbolá este verano. En ese artículo, se ha condenado el castigo general provocado por Israel sobre todo el Líbano por el secuestro de dos soldados por Hezbolá. Sin embargo, criticó al uso de población civil y organismos internacionales como la Cruz/Media Luna Roja y bases de la FINUL como escudos humanos. Mientras que Israel es responsable de alrededor de 150 muertes que no encuentran justificación alguna y la mitad de los fallecidos libaneses han sido militantes armados de Hezbolá, la suma es simple: 550 muertos son responsabilidad de Hezbolá. Dicho de otro modo, Hezbolá, en su fanatismo sin remordimientos, ha decidido sacrificar a todos los que les de las ganas, ya que con las muertes lograrían mayor popularidad anti-Israel, pero sobre todo consideran que los muertos son sacrificables ya que de todas formas se harán mártires de Allah. Nadie niega la maldad del ejército israelí, yo personalmente he rechazado servir en ese ejército cuando me lo pidieron. Sin embargo, ¿cómo puedo aceptar la existencia de organismos tan repugnantes, hipócritas y traicioneros como Hezbolá? Si alguien quien se atreve a llamarse marxista, anarquista o simplemente liberal de algún tipo apoya a Hezbolá, significa que es una pobre persona totalmente ignorante de una situación peligrosa que es el fanatismo religioso.

También criticaron la parcialidad de las Naciones Unidas en tomar medidas de sanciones contra ese conflicto, concentrándose contra Israel y no tanto contra Hezbolá.

http://hrw.org/english/docs/2006/08/11/lebano13967.htm

Ese fanatismo religiose, que impera en regiones como Rusia y sobre todo Polonia, ha sido el que causó el desastre de la caída del muro de Berlín. Y digo desastre porque ese fanatismo no sólo ha derribado un sistema corrupto e inadecuado para la existencia, si no también ha condenado a todas las ideologías que se vinculan de alguna forma u otra a la izquierda socialista, anarquista o comunista. Eso, en gran parte, es gracias a un tal Papa Juan Pablo II y su apoyo al Opus Dei, que estará jugando con Escribá en el infierno por cometer el horrible pecado del rencor y odio hacía la justicia social.

Sobre el segundo punto que he presentado, es algo que me gustaría profundizar. El movimiento sionista nunca ha sido monolítico, y siempre ha estado marginado, siendo una absoluta minoría del pueblo judío que de hecho apoyaba al movimiento formado por Theodor Hertzl. Mientras que es verdad que es un movimiento que cobró fuerza por el empeoramiento del antisemitismo existente en Europa (empezando por el caso Dreifus, que ha sido un catalizador para Hertzl para formar el primer congreso sionista en 1896, pero siendo presente ya desde los horribles pogroms de 1881 en Rusia), las posiciones socialistas del movimiento cobraron mucha fuerza. En efecto, el pensamiento de Dov Beer Borojov ha sido predominante, y los judíos inmigraban a Palestina para establecer pueblos agrícolas con un fuerte componente socialista e incluso comunista (los Kibutz, el mayor éxito de un sistema de propiedad compartida en modelo socialista de la historia) en que se consideraba que el hogar del pueblo judío sería construido gracias a la labor de trabajadores, de personas que renunciaban a su vida burguesa, proletaria o campesina de una Europa intolerante, y establecerían como trabajadores de una tierra que para la época ha sido abandonada y empobrecida por las autoridades locales.

El movimiento de Poalei Zion (trabajadores de Sion) ha sido prácticamente el que creó a Israel. Y ese proceso duraría varias décadas. Sin embargo ese sistema ya desde los años 20 encontró oposición de parte de los árabes de la zona, más que nada por un enorme conflicto sobre la diferencia de entendimiento entre los inmigrantes de judíos europeos y los árabes próximo-orientales en relación a lo que es propiedad de tierra y propiedad de lo que crecía sobre la tierra. Aun que hay que admitir que en las dos grandes inmigraciones judías, los árabes han dado la bienvenida a los judíos que trabajaban las tierras que serán en el futuro Israel y Palestina.

Al avanzar los conflictos, Poalei Zion se ha separado entre las posiciones derechistas y nacionalistas (Ben Gurion, Jabotinsky, etc. como Poalei Zion), y las posiciones izquierdistas marxistas (Poalei Zion Izquierda), de los últimos muchos irán a luchar en la Guerra Civil Española. En los dos casos, este movimiento tanto nacionalista como marxista, que en el futuro formarán las dos tradicionales fuerzas políticas de derecha e izquierda israelí, serán en ambos casos laico e incluso ateo. Y en todos los casos, el sionismo ha sido objeto de crítica severa por parte de los judíos religiosos, muchos de ellos hasta hoy rechazan la existencia de Israel, considerando que el estado judío se debe formar sólo cuando "el mesías llegue a la tierra".

Como ven, queridos lectores, Israel ha sido creada en un contexto complicado. Por un lado, existía el rechazo de una sociedad con una oligarquía injusta y en su mayoría con problemas serios de analfabetismo, como es la sociedad árabe-musulmán, y por otro lado con críticas de los judíos religiosos que odiaban la existencia de un judaísmo laico, y hasta hoy lo hacen. Y es que el judaísmo laico ha sido perseguido desde sus orígenes, cuando se ha hecho prácticamente un ostracismo a Baruj Spinoza en la Holanda del Siglo XVII por parte de la comunidad judía de Amsterdam.

http://es.wikipedia.org/wiki/Baruch_Spinoza

¿Qué es lo que las izquierdas del mundo tiene que hacer? Dejar de estupideces de pensar que sólo porque Israel es aliada forzosa de Estados Unidos hay que apoyar a todos los que la derrotan. Israel ha sido empujada al neoliberalismo brutal, a la injusticia social y al extremismo religioso de unos partidos que tomaron de rehén a los gobiernos de ese país. Hay que dar apoyo no a Israel en sí, si no a esos grupos de israelíes que tienen que enfrentarse a las críticas dentro de Israel como fuera por el mero hecho de ser israelíes. Hay que apoyar fuertemente a los movimientos laicos, marxistas y pacifistas que conforman la izquierda israelí, y que ahora están abandonados por el mundo entero, incluyendo un intolerante mundo árabe, una simplista visión internacional, y el enemigo interno, que es el omnipresente ejército israelí.

El socialismo israelí fue víctima del abandono del mundo.

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