domingo, marzo 28, 2010

Preparando palomitas

El refortalecimiento de Obama en la política estadounidense es una excelente noticia para el campo a favor de la paz en Oriente Próximo. Es especialmente positivo que, por fin, Estados Unidos decida ponerse muy firme contra las pretensiones del gobierno pro-fanatismo de Israel.

Netanyahu está entre la espada y la pared. Y los únicos que parece que van a perder es la derecha israelí, a medida que el público se da cuenta que el no construír hospitales por el fanatismo de los ultrarreligiosos, o el no poder visitar más Turquía, o el pelearse (cordialmente) con Estados Unidos (el único protector de Israel en el escenario internacional), es todo producto de la derecha israelí. Querida Israel, bienvenida a lo que habeis votado.

Quizás no van a tener ese descubrimiento. En todo caso, si no es Israel, por lo menos son los judios norteamericanos que, en su mayoría, decidieron dar un alto y orgulloso "Fuck You" al Primer Ministro israelí Netanyahu, como demuestra el link del lobby judío JStreet. Según su encuesta, el 82% de los judíos americanos apoyan la inclusión de EE.UU. en las negociaciones entre árabes e israelíes. El 79% apoya que Obama ejerza presión a Israel al igual que los palestinos. El 52% seguiría apoyando a Estados Unidos incluso si los desacuerdos se hacen públicamente latentes contra Israel por parte de su gobierno. La mitad dice que seguiría apoyando al gobierno de Obama si éste ejerce presión sólo a Israel (incluso si dan una preocupación en ese sentido).

El apoyo a Obama se mantiene sobre el 60% en la comunidad judía norteamericana, por encima de la mayoría de comunidades en EE.UU. Dicho de otro modo, hasta los judíos norteamericanos han abandonado el fanatismo gubernamental israelí. Eso es normal, si hacen cosas injustificables como construir en Jerusalén Este exclusivamente para joder el proceso de paz y, cómo no, a los palestinos.

¿Y qué ahora? ¿Los judíos norteamericanos son también antisemitas? ¿Es el israelí-americano Rahm Emmanuel, brazo derecho de Obama, que sirvió en Tzahal hace años por su voluntad, un virulento antisemita también? ¿Qué excusa encontrarán?

De aquí hay sólo dos resultados posibles. 1) Que Netanyahu logre salir de esta, gracias a la presión de la minoritaria AIPAC y otros grupos sobre Obama. 2) Que Obama ejerza más presión hasta el punto de desesperación de la derecha israelí, algo que voy a disfrutar cada uno de los días que pasan a medida que se acercan cada vez más a un abismo político. Y sí, estoy preparando palomitas de maíz. Esto será un año MUY interesante...

3 comentarios:

Ruben dijo...

Con Israel Estados Unidos aprieta pero no ahorca. Reagan y Shamir se llevaban mucho peor que Obama y Netanyahu, como todas las relaciones bilaterales, también las de EEUU-Israel sufren altibajos. Los antisionistas se apuran en festejar los bajos, en alegrarse del abismo inminente al que caerá Israel, luego se enfurecen cuando las relaciones mejoran otra vez, y se jactan de que ya se lo esperaban desde un principio, no se habían dejado engañar por el eje EEUU-Israel-Satán.

Israel no se puede dar el lujo de perder la alianza con EEUU. Pero EEUU tampoco tiene interés en perder la alianza con Israel. No tanto por la influencia de AIPAC, sino por motivos geo-estratégicos y convicciones ideológicas. Israel sigue siendo el mayor aliado de EEUU en la región, Obama no tiene intenciones de cambiar eso.

Obama presiona a Israel en la dirección que yo creo correcta, Israel debe dejar de construir en los alrededores de Jerusalén. Pero esa presión también tiene desventajas. 1. Puede que provoque un aumento de la popularidad de Obama entre los judíos norteamericanos, pero también provoca un aumento de la popularidad de Netanyahu entre los judíos israelíes. 2. Hace que los palestinos se nieguen a negociar, esperando a que Obama obtenga para ellos un punto de partida más favorable. Por eso hasta Bush era más efectivo que Obama consiguiendo que israelíes y palestinos se junten a negociar.

Alex el Cosmopolita Rojo dijo...

En efecto, con Israel EE.UU. aprieta pero no ahorca. Por eso no me preocupo de que Israel sea abandonada por Obama para que Siria e Irán la ataquen (como pretenden decir los demagogos de la derecha israelí actual).

Pero Israel no debe jugar demasiado con Estados Unidos. Netanyahu puede recibir más apoyo entre los judíos israelíes (algo que sinceramente dudo, especialmente por la debilidad de su propio gobierno), pero eso no le servirá de nada ante los intereses norteamericanos que, en el fondo, anteponen su propio interés que a la de Israel (y eso es algo que muchos israelíes no querían, o no lograban ver).

Y los palestinos... dependen del dinero y diplomacia norteamericana tanto o más que los propios israelíes. Los árabes escucharán más a su principal cliente y colaborador que a otro (de los tantos) pueblo árabe oprimido en su región. A ellos les será más fácil presionar, a mi punto de vista, que a Israel (especialmente sin Arafat).

Ruben dijo...

¿Debilidad de su gobierno? El gobierno de Netanyahu es más estable que el de Ólmert y que los dos gobiernos de Sharon.

En el tema Jerusalén tiene un apoyo muy amplio dentro de la opinión pública israelí, que le permite continuar con la misma política a pesar de la presión norteamericana. Justo en eso sí tiene un mayor margen de resistencia.

Sin duda EEUU tiene la capacidad de presionar a los palestinos, ¿por qué entonces Obama no ha logrado que Abu Mazen acepte volver a las negociaciones? Pues porque en lugar de presionar por ese lado, ha apostado por presionar a Netanyahu, justo en el punto en el que Netanyahu tiene mayor respaldo doméstico. Carta mal jugada.

Abu Mazen se juntó con Sharón y negoció con Ólmert. Pero a Natanyahu no quiere verlo ni de lejos. ¿Por qué? Porque espera a que primero Obama se lo envíe ablandado, cosa que en el asunto de Jerusalén no va a ocurrir.