miércoles, julio 04, 2007

¿Qué se puede hacer con el Líbano?

Ante el comentario de Buena Prensa en este blog, he decidido responder con un artículo de este espacio. Este es el comentario que ha presentado:

"Reconociendo que la solución para el Líbano es la creación de un Estado Laico y democrático.
Reconociendo que la problemática del Libano reside en las ambiciones imperialistas de Siria, que todavía pretende lograr la "Gran Siria".
Reconociendo que la problemática del Libano reside en las ambiciones imperialistas de Irán, vía su brazo armado paraestatal llamado "Hezbollah".

¿Como pretendes lograr el objetivo de un Estado Laico y democrático?

Obviamente la existencia de Hezbollah armado no es compatible con la existencia de un Estado Libanés Laico y Democrático. Por ende cabe preguntarse: ¿quién va a desarmar a Hezbollah?"

Es verdad. Iran sí tiene intereses de establecer una predominancia Shi'i en el Líbano, mientras que Siria intenta recrear una "Gran Siria", tal como la ideología nacionalista ba'athista propone. Sin embargo, Buena Prensa, su comentario carece de un espíritu crítico ante una situación tan compleja, que incluye la clave esencial de los problemas del Líbano e, incluso, de Israel en el Líbano: ¿Hasta qué punto Siria confiará en sus cartas en el Líbano?

Esa pregunta era objeto muy ámplio de investigación personal, pero de poca investigación pública. Querido Buena Prensa, sus afirmaciones, aunque en general reales, son poco reales ante la situación que existe en Próximo Oriente. Para establecer la razón de mis críticas, le diré algo muy importante en lo referente a las divisiones religiosas del mundo musulmán: Iran es un estado integrista shi'i, al igual que Hizballah, que es un partido integrista shi'i que sistemáticamente segrega a su minoría árabe en ese país. Siria, sin embargo, es un estado nacionalista árabe y anti-integrista suní. ¿Porqué los dos bandos, tan opuestos, se unirán en una alianza?

La respuesta es simple: Siria ha sido empobrecida, desprestigiada y aislada tras una ruptura cada vez más profunda entre Saddam Hussein en Irak y Hafez al-Assad en Siria. Con la caída de Saddam Hussein en Irak, Siria quedó absolutamente aislada: Nadie le iba a brindar apoyo, mientras que el propio país sufría acosos internacionales por parte de Estados Unidos, Turquía y la constante amenaza y superioridad estratégica de Israel en las alturas de Golán, que a la vez protegían a una Jordania hostil al pasado expansionista de Siria. Sólo le quedó a Siria un posible, pero inesperado, aliado: Iran. Sin embargo, dudo mucho que Siria esté muy entusiasmada por su propia situación. Está claro que está en jaque en una situación internacional crecientemente desfavorable al régimen de Bashar Assad. No conozco lo bastante de la situación interna de Siria, pero no dudaría en que existe una disidencia dentro de ese país tanto de kurdos como de oposición política clandestina.

Hizballah, tras su última victoria ante Israel, fortaleció su situación en el Líbano. Su popularidad se ha hecho evidentde. Sin embargo, por alguna (evidente) razón, Siria vio con muy malos ojos el fortalecimiento de una organización que sólo responde a Iran, y no a Siria. Siria, para ellos, es un mero intermediario. Siria entendió claramente que no se puede confiar en Iran y en su satélite, Hizballah. Por eso, han decidido tender una mano a una apertura política y abrieron relaciones diplomáticas con la Irak bajo ocupación norteamericana, al igual que una propuesta de negociaciones de paz con Israel.

Y es aquí que quiero detenerme. Es en este momento que se puede ver porqué la situación del Líbano está deteriorando cada vez más. Es verdad que Siria es un país opresor y corrupto. Pero en comparación con Irán, es un paraíso de la democracia y la justicia. Un país dominado por una élite política laica, que tiene un mínimo sentido de razón humana, es un país con quien negociaciones es posible, pues la voluntad de Siria no sale de lo terrenal. Pero con un país como Iran, al igual que su satélite, Hizballah, no se puede negociar por su mero carácter religioso, que sale de todo sentido de razón humana, y caen en una falsedad religiosa fanática. Y sin embargo, el gobierno de Ehud Olmert en Israel, decidió rechazar rotundamente toda apertura de converzación con ese país eminentemente laico.

No sé si es por estupidez o maldad que el gobierno de Israel ha hecho esto. Pero rechazó una oportunidad de oro de lograr la paz con un país desesperado para salir del pantano que su pasado creó. Y en vez de tender una mano en contra del integrismo islamista, que Siria tiene una voluntad de atacar, Israel simplemente tira a Siria de nuevo a las manos de los fanáticos que secuestran su política. Y la verdad es que Israel es casi amnésica, pues en 1979, con un Egipto que tradicionalmente lideró la hostilidad anti-israelí del mundo árabe, se logró la paz.

En todos los casos, Israel no quiere negociar con los árabes. Olmert no ha tenido ni una duda en lanzar una invasión desastrosa e inútil contra el Líbano el verano del 2006, pero ha negado toda converzación de paz para solucionar lo del Líbano.

Entonces, ¿Cómo se establece un estado laico en el Líbano, eliminando el poder de Hizballah? La solución es esencialmente hacer que Siria abandone el apoyo a ese grupo armado. Y la mejor forma de hacerlo es que Siria no tenga razón de hacerlo. Y eso significa que Israel tenga que devolver las alturas del Golán a Siria, y que se logre un acuerdo de paz de la cual ambos países puedan beneficiarse. Y con los misiles que han llegado al centro de Israel el verano del 2006, considero que esas alturas son inútiles geoestratégicamente. El Líbano no se solucionará por si sola: Esto se puso evidente en los últimos 30 años.

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