jueves, junio 14, 2007

Sobre Comunistas 3 - Parte I - El "derecho" a la autodeterminación

Con la presentación en pompa y gloria de Comunistas 3, que he descubierto ayer, he tenido un enorme impulso para hacer todo lo que pueda en mis manos para que los lectores de este espacio no caigan en sus redes de eslóganes llenos de ignorancia.

Y es por eso que voy a dedicar esta primera parte a analizar su idea del "derecho a la autodeterminación", indicando claramente como un derecho nacionalista de los distintos pueblos del mundo, incluyendo España. A partir de allí, intentaré usar lógica para desarticular este argumento.

Por lo tanto, allá voy:
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En el "Manifesto Comunista 3", un punto central, que probablemente les llevó a una ruptura con el movimiento de "Corriente Roja", era el derecho a la autodeterminación. No me sorprende que rompan con una organización que, segun ellos, se convirtió en cada vez más trotskista, y, por lógica, internacionalista en su doctrina. Sin embargo, la reacción de los que han hecho esta ruptura es absurda y esencialmente anti-marxista, por consiguiente anti-comunista.

Veamos su punto doctrinal:
"Defensa del derecho de autodeterminación de los pueblos, más allá de considerarlo como un derecho democrático fundamental. La cuestión nacional es transversal a la pirámide de las clases sociales y hay que distinguir entre tipos de nacionalismo. C3 rechaza la idea falaz e interesada de “todos los nacionalismos son burgueses”; en el caso del Estado español, existen luchas independentistas como la de la izquierda abertzale que apuntan al centro de la diana cuestionando todo el sistema de la Transición."

Es necesario indicar aquí que esto no es novedoso. Durante comienzos del siglo XX, un teórico ruso, Dov Beer Borojov, creará lo que se llamó después la "teoría de la pirámide inversa" de las naciones. No voy a entrar en complicaciones de la doctrina borojoviana, pero lo cierto es que notando la existencia del pueblo judío de esta época, indicó que la única forma de lograr la victoria del proletariado en las distintas naciones es que cada nación lo logre en un territorio soberano. Los judíos en especial, ese "pueblo sin tierra", debería tener una tierra propia para que el proletariado judío pueda establecer su revolución. Así, sentó las bases del Sionismo Socialista, indicando que la producción, y las relaciones de producción, se traducen en las tierras. Agregando la idea de un aislamiento forzoso que los judíos tenían que vivir en la Rusia zarista, indicó que el pueblo judío nunca podrá integrarse plenamente en un sistema propio de naciones extranjeras.

Eso sentó la base del Sionismo Socialista, que llevará a la formación del movimiento del "kibbutz": Comunidades agrícolas fundadas en Palestina para construir Israel bajo criterios económicos comunistas. Es verdad que eventualmente el Estado de Israel lo absorverá en un sistema capitalista tras su creación, pero el movimiento ha tenido una fuerte influencia en la formación económica de ese país.

Volviendo al tema, de esta forma se indica que sí es posible la unión del materialismo histórico marxista con reivindicaciones nacionalistas. Sin embargo, se preguntarán: "¿Pero esto no era discriminatorio? ¿Acaso no se convierte en un nacional-socialismo?"
Es una buena pregunta. Pero en el caso de las teorías de Borojov, hay que entender que al fin y al cabo lo eventual era la emancipación de todas las clases obreras del mundo: Un internacionalismo cooperativo entre las naciones. Simplemente intentó buscar el mejor método para que se pueda llevar a cabo las transformaciones dialécticas de las diversas sociedades, para que se produzca la revolución. En nacional-socialismo, por otro lado, es absolutamente excluyente: Indica la necesidad de establecer un socialismo donde no cabe beneficiarse los grupos que no sean de esa nación (traducida en raza, en el caso alemán).

Bórojov, por otro lado, ha recibido fuertes críticas de distintos sectores, incluyendo el partido comunista judío, el Bund. Indicaban que una vez ocurrida la revolución, las discriminaciones que preocupaban a Bórojov se desvanecerían por la inexistencia de la necesidad o el impulso a ello. Personalmente, prefiero las opiniones del Bund, aunque las ideas de Bórojov han tenido mayor esfuerzo intelectual, creo yo.

La pregunta verdadera es esta: ¿Qué es la autodeterminación? Niego rotundamente que autodeterminación signifique independencia, la creación de un estado. Eso es una posible consecuncia, no la acción propia. Niego, además, que se aplique a un grupo nacional u otro. La autodeterminación debe ocurrir sólo a nivel personal. Y en ese caso, ¿es realmente posible determinar lo que somos? El auto-determinismo es, en efecto, antidialéctico: Una vez que determinamos lo que somos, es imposible aceptar un cambio o una transformación, producto de la naturaleza conflictiva de cada una de nuestras personalidades como seres humanos. Y es por eso que el nacionalismo, fundado sobre las teorías de la autodeterminación, no se puede aplicar a nada marxista, y dudo si es en realidad algo propio de nuestra naturaleza humana.

El nacionalismo indica la necesidad de adoptar ciertas condiciones de nuestra persona para ser incluídos en tal y cual nación. La nación se crea a través de la búsqueda de tradiciones y linajes, muchas veces antíguas y poco prácticas hoy. El mejor caso es el del País Vasco, cuyo nacionalismo busca la autodeterminación, y por lo tanto impulsa todo lo que tenga que ver con tradiciones, lengua e historia vasca. Esta búsqueda niega las transformaciones que las sociedades han podido tener durante su historia, y por lo tanto niega las estructuras creadas de estas transformaciones, incluyendo las transformaciones de las relaciones de producción entre la clase proletaria y capitalista, por lo que imposibilita la aceptación de las transformaciones inevitables de la sociedad.

Las tradiciones "recuperadas" por unas teorías nacionalistas se convierten, por tanto, en un obstáculo para las relaciones prácticas entre las clases sociales, y por lo tanto se convierte en un obstáculo del desarrollo histórico que Marx ha indicado en sus teorías. Personalmente no considero adecuado decir que Marx ha tenido una razón, ya que sus teorías sobre el resultado futuro del capitalismo son sólo sus teorías personales. Pero su análisis de la historia y de la lucha de clases es prácticamente los pilares básicos del marxismo y, por tanto, del comunismo. Aceptar el nacionalismo es negar esto, y por lo tanto el nacionalismo es anti-comunista.

Esa es la diferencia entre el Sionismo Socialista de Bórojov, que nunca habló de reivindicación nacional en base a un territorio, sino un avance más fácil a la revolución, y grupos de la Izquierda Abertzale, que reivindica el uso exclusivo de una lengua que, mientras es ámpliamente usada en el País Vasco, es inútil para el resto del mundo, dificultando las relaciones entre las distintas naciones, y así dificultando la revolución proletaria mundial.

Es necesario agregar algo más. Dicen que la "lucha a favor de la autodeterminación de los pueblos (dicho de otro modo, la lucha nacionalista) es una lucha transversal a la lucha de clases". Considerando la naturaleza de la dialéctica marxista, que no es más que una aplicación materialista y clasista de la dialéctica hegeliana, es necesario buscar lo "opuesto" al nacionalismo. Y el problema es que el nacionalismo no es una ideología, no tiene tésis para tener antítesis. El nacionalismo son simplemente una reivindicación de algunas condiciones históricas de ciertas peculiaridades de las naciones distintas. Si bien es posible que afecten las sociedades de hoy por la mera practicidad de las tradiciones o las costumbres nacionales, en realidad no tienen relevancia si es que no tienen una razón económica para existir.

Ni la Iglesia Católica establece tradiciones por reivindicación de costumbres. ¿Acaso no usa la Iglesia Católica sus arcáicas costumbres para el beneficio de poder económico y político? De eso se trata el nacionalismo. Y en realidad, considerando el horrible resultado que tuvo las luchas nacionalistas en todo el mundo, se puede concluir que lo que están reivindicando es el aumento de la muerte y miseria de millones de personas.

Es por eso que concluyo que dejemos de lado el determinismo nacionalista, y entremos en un discurso dialéctico, no sólo de las clases, sino de nuestra propia personalidad, para poder conocernos mejor como seres humanos (siempre, claro está, de forma individual, y nunca nacional).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Queridos lectores? ¿Alguien te lee?

Tal vez deberías empezar tus entradas como "Querido diario..."

Alex el Cosmopolita Rojo dijo...

Puede que tenga pocos lectores. Pero a diferencia de Comunistas 3, no hago el ridículo.

Especialmente con argumentos que nadie de esa organización decidió debatir, a pesar del hecho que la curiosidad del link que dejé allí haga inevitable su entrada en este espacio.